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Cada vez se trabaja más. La semana de trabajo de 40 horas parecería ser una reliquia del pasado. Pero pedir cada vez más tiempo extra no es solo malo para el bienestar de las personas, sino también negativo para las compañías.

Según los hallazgos de un reciente estudio (hacer click aquí para acceder al mismo) parecería ser más importante cuándo se duerme. Dormir poco no sería lo ideal, pero caminar cuando todavía es de noche, sería peor. 

En un artículo publicado en The New York Times Kenneth Wright, especialista en Neurociencias, que la cognición está en su mejor momento varias horas antes de la hora habitual de dormir, y está en su peor momento próxima a la hora habitual de despertarse, lo que sugeriría que el mejor horario de trabajo es más tarde en el día, no al principio de cada mañana. La conciencia se activa inmediatamente, pero la mente requeriría hasta 4 horas para poder llegar a su punto máximo de atención y alerta, por lo que antes no se podrían tomar las mejores decisiones.

¿Cómo se ajustan a esto los empleados entonces?

Es interesante observar cómo los horarios han sido un desarrollo centenario, que no necesariamente condice con los ritmos corporales y cognitivos.

Te invitamos a leer esta otra nota para seguir viendo un tema que tiene impacto en la productividad y bienestar de personas y organizaciones.

 

Esperamos te gusten estas referencias. Ideas, sugerencias y/o consultas son siempre bienvenidas. Podés ponerte en contacto con nosotros haciendo click aquí.